Los recursos que debemos utilizar para realizar un diagnóstico acertado del paciente son los siguientes:
Entender el motivo de consulta: saber cual es el motivo u objetivo del ingreso del paciente a nuestra consulta, qué expectativas tiene sobre el tratamiento.
Anamnesis: Recopilar toda la información relevante acerca del paciente (embarazos, historia de obesidad, medicamentos, alimentación e hidratación, etc.)
Examen físico:
– Inspección: Debe ser general en donde podamos evaluar desajustes posturales que provoquen abultamiento abdominal y también específica en la zona que vamos a tratar.
– Palpación: Evaluar turgencia de la piel para medir flacidez. Evaluar objetivamente pliegues y perímetros para medir adiposidad localizada .
– Evaluación Muscular: Debe medirse la fuerza muscular con la escala de Daniels, con esto determinaremos si existe atrofia o diástasis abdominal.
Después de tener claridad sobre los aspectos antes mencionados, se debe escoger el tratamiento apropiado y considerar la toma de fotografías en diferentes posiciones antes y después de finalizado el tratamiento.