En mi universidad siempre me dieron 3 pasos aue sigo, observación, palpación y cuantificación, además de la adamn3sis claro.
Antes de llegar a hablar con nuestro paciente, podemos observarlo cuando llega al consultorio, desde ahí ya podemos empezar a generar hipótesis y una evalución solo por vista, pero definitivamente la información que obtengamos de él es lo principal. Es importante conocer su peso, altura, preguntar sobre su familia, saber si lo que presenta es hereditario, conocer sus hábitos en cuanto a estrés, alimentación, actividad física, si fuma, si bebe, si padece alguna enfermedad que pueda generar este tipo de disfunciones y lograr identificar su tipo de piel. Luego pasamos a la palpación, algo tan importante, nuestras mano con el tiempo adquieren una sensibilidad increíble. En el caso de una mujer saber si tuvo embarazos previos y ya se palpa para identificar una posible diástasis.
Dentro de la palpación debemos lograr identificar si se trata de una flacidez cutanea, una flacidez muscular o ambas. Lograr identificar los tejidos de la piel y lograr identificar el músculo.
Ya con la cuantificación nos vamos a la escala de daniels si queremos identificar si es una flacides muscular. Si vemos que es una flacidez cutanea ya tocará realizar las medidas de los pliegues, cintura y cadera. Siempre tomando en cuenta que el día que se hagan medidas las personas no esten sufriendo de estreñimiento o en mujeres tener en cuenta la fecha del período.
La evaluación es muy importante ya que con la información obtenida podremos identificar si el paciente realmente puede iniciar tratamiento con nosotros o mejor referirlo con el Dr.
Una buena evaluación es el éxito de nuestro tratamiento, si la hacemos bien desde el inicio.